lunes, 23 de noviembre de 2009

Poema en la pared

Un día de lluvia, por la mañana, el barrio se encontró con un hecho insólito, tan inverosímil como la historia de los hermanos Collyer, ocurrida en los años cuarenta en la ciudad de Nueva York. Una señora esperando el autobús se dio cuenta de que en una pared cercana había escrito un poema, con una caligrafía preciosa y un afán expresivo encomiable. Decía del siguiente modo:


Altos brazos de conífera
lanzan un aire enamorado que
hierve entre las nubes.
Futura lluvia cubrirá de amor
pastos, pueblos y ciudades.
Cubiertos los pequeños seres
sentirán candor y tacto.
Altísimos trazos de coníferas
abrazan el sabor de esta vida.
En el barrio alto
las miradas parecen caricias
hoy, para el extraño,
el hombre de la aparente sombra,
escondiendo su mundo
a los fracasados chascarrillos.

V.R.